Sentir que tenemos aura nos proporciona más seguridad a la hora de intentar verla. Hay diversos métodos para intentar sentirla, pero sin duda el más conocido y fácil de hacer es juntando las palmas de las manos.
Para sentirlo ponemos nuestras palmas de las manos una al lado de la otra y con una distancia de 30 cm. Así en esa posición prestamos especial atención a qué sentimos en nuestras manos y cómo lo sentimos. Estaremos unos tres minutos.
Pasados los tres minutos acercaremos las palmas de las manos a unos 20 centímetros y repetiremos el proceso de prestar atención a qué sentimos y cómo lo sentimos. Estaremos otros tres minutos.
Pasado ese tiempo acercaremos nuestras manos unos 10 centímetros y repetiremos el mismo proceso que las otras veces.
Finalmente acabaremos a una distancia de entre 3 y 5 centímetros en la que realizaremos el mismo análisis que las fases anteriores.
Lo más normal es que sea en esta última fase en la que notemos una ligera presión, algo parecido a cuando metemos la mano en el agua, pero mucho más suave, incluso casi imperceptible si no prestamos atención. Algunas personas con una mayor sensibilidad pueden sentir su aura en las primeras fases, pero no es lo común.
Analiza especialmente los cambios que vas notando a medida que acercas las palmas de la mano. Lo más tradicional suele ser notar un cambio de temperatura, pero se pueden notar muchas más cosas.
Realiza esta fase hasta que tengas totalmente controlada y analizada la sensación. Tómate todos los días que te hagan falta, porque no será en vano.
Para sentirlo ponemos nuestras palmas de las manos una al lado de la otra y con una distancia de 30 cm. Así en esa posición prestamos especial atención a qué sentimos en nuestras manos y cómo lo sentimos. Estaremos unos tres minutos.
Pasados los tres minutos acercaremos las palmas de las manos a unos 20 centímetros y repetiremos el proceso de prestar atención a qué sentimos y cómo lo sentimos. Estaremos otros tres minutos.
Pasado ese tiempo acercaremos nuestras manos unos 10 centímetros y repetiremos el mismo proceso que las otras veces.
Finalmente acabaremos a una distancia de entre 3 y 5 centímetros en la que realizaremos el mismo análisis que las fases anteriores.
Lo más normal es que sea en esta última fase en la que notemos una ligera presión, algo parecido a cuando metemos la mano en el agua, pero mucho más suave, incluso casi imperceptible si no prestamos atención. Algunas personas con una mayor sensibilidad pueden sentir su aura en las primeras fases, pero no es lo común.
Analiza especialmente los cambios que vas notando a medida que acercas las palmas de la mano. Lo más tradicional suele ser notar un cambio de temperatura, pero se pueden notar muchas más cosas.
Realiza esta fase hasta que tengas totalmente controlada y analizada la sensación. Tómate todos los días que te hagan falta, porque no será en vano.
Esto de sentir el aura uno, es algo maravilloso,lo estoy practicando y lo siento,quiero profundizar mas en este tema porq es muy interesante.
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