jueves, 4 de febrero de 2010

EL AURA HUMANA Y EL YOGA



De entre todos los Siddhis o poderes extraordinarios del Yoga, la visión del aura en los seres, como tributo a su trabajo interior, es todo un acontecimiento en la vida del Yogui. Para la visión del Maestro clarividente, una de las principales características del cuerpo astral está en los colores que constantemente aparecen en él, los cuales corresponden y son la expresión, en materia astral, de sentimientos, pasiones y emociones. En cada uno de los planos más elevados de la naturaleza existen todos los colores conocidos y muchos que en la actualidad no se conocen; pero a medida que nos elevamos de uno al otro aparecen más delicados y más luminosos, de manera que podemos decir que son octavas más altas de color. Como no es posible representar en el papel los colores de octavas más altas, se ha de tener en cuenta este detalle al considerar los ejemplos dados a continuación. Esta es una somera lista de los colores principales y de las emociones de las cuales son expresión:

Negro: en nubes espesas: Odio y malicia

Rojo: destellos de rojo oscuro, usualmente sobre fondo negro: Cólera.

Una nube escarlata: Irritación.

Escarlata brillante: en el fondo corriente del aura: "Noble indignación".

Rojo cárdeno y sanguíneo: indiscutiblemente, aunque no fácil de describir: Sensualidad.

Marrón-grisáceo: un marrón-gris opaco y oscuro: Egoísmo.

Marrón-rojizo: opaco, casi el color de herrumbre: Avaricia. Comúnmente dispuesto en franjas paralelas a través del cuerpo astral.

Marrón verdoso: iluminado por chispazos de rojo oscuro o escarlata: Celos. En el hombre ordinario hay comúnmente mucho de este color cuando está "enamorado".

Gris: espeso, plomizo: Depresión. Como en el caso del marrón rojizo de la avaricia, el color gris está distribuido en franjas paralelas dando la impresión de una jaula.

Carmesí: opaco y pesado: Amor egoísta.

Color rosado: Amor desinteresado. Cuando el color es extraordinariamente brillante, matizado de lila: Amor espiritual por la humanidad.

Anaranjado: Orgullo o ambición. Con frecuencia con irritación.

Amarillo: Intelecto; varía del tinte profundo y opaco, pasando por oro brillante, a limón claro y luminoso o amarillo verdoso claro. El amarillo ocre opaco implica que la facultad va dirigida a fines egoístas. El amarillo índigo, indica tipo distintivamente elevado; amarillo verdoso claro, indica intelecto dedicado :a fines espirituales; oro, indica puro intelecto, dedicado a la filosofía o a las matemáticas.

Verde: En general varía mucho en su significado y es necesario estudiarlo para interpretarlo correctamente; en gran parte indica adaptabilidad. Gris-verde, de apariencia cenagosa: Engaño y astucia. Verde esmeralda: Versatilidad, ingenuidad, habilidad, aplicadas desinteresadamente. Azul-verde luminoso, pálido: Profunda simpatía y compasión, con el poder de perfecta adaptabilidad que sólo ellas pueden dar. Verde manzana brillante: parece acompañar siempre a una fuerte vitalidad.

Azul: Oscuro y limpio: Sentimiento religioso. Es propenso a estar matizado por otras cualidades tomando cualquier tono desde el índigo, o bello violeta profundo, hasta el
gris-azul barro. Azul claro, tal como el ultramarino o cobalto: Devoción a una noble idea espiritual; el matiz violeta indica mezcla de afecto y de devoción. Lila-azul
luminoso, acompañado usualmente de chispeantes estrellas doradas: La espiritualidad más elevada, con exaltadas aspiraciones espirituales.

Ultra-violeta: Desenvolvimiento más elevado y puro de las facultades psíquicas.

Ultra-rojo: Facultades psíquicas inferiores de uno que trabaja con formas malas y egoístas de magia.

La felicidad y el gozo Espiritual se manifiestan en el resplandor y radiación generales, tanto del cuerpo mental como del astral, y en la ondulación peculiar de la superficie del cuerpo. La jovialidad se manifiesta en forma de burbujas y también en una serenidad estable. La sorpresa se manifiesta en forma de instantánea contracción del cuerpo mental, que se comunica comúnmente al astral y al físico, acompañada de mayor intensidad del resplandor de la banda de afecto, si la sorpresa es agradable; si es desagradable, se intensifica el marrón y el gris. La contracción causa, a veces, una sensación desagradable, que afecta, con frecuencia, al plexo solar, causando desmayo o enfermedad; otras veces, afecta al centro cardíaco, causando palpitaciones y hasta la muerte. Se ha de comprender que, como las emociones humanas casi siempre son mezcladas, tales colores rara vez aparecen perfectamente puros, sino más comúnmente mezclados. Así la pureza de muchos colores se empaña por el denso marrón-gris del egoísmo, o matizado por el anaranjado profundo del orgullo. De ahí el énfasis que ponemos los Maestros en la necesidad de llevar una estricta conducta pura, huyendo de la tibieza que manifiesta la mayoría y de la complacencia en hacer las cosas a medias. Las auras de casi la totalidad de las personas, son, al contrario de las del resto de seres vivientes, un espectáculo desagradable de ver.

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